instrucciones para leer escena:

1.- acomodarse
2.- pausar la musica de acompañamiento a no ser de que solo vea el blog
3.- poner la cancion que corresponde segun escena. si en este caso, no hay cancion y solo es titulo, se debe poner la musica de acompañamiento
4.- leer concentradamente

sábado, 23 de enero de 2010

Duelo floreado

“ya se veía venir” Dijo el ante su cara de desanimo y convulsión improvisa. El mismo pudo ver sus ojeras oscuras y sus parpados abotagados, gracias a las noches sin respuestas de una lúgubre consorte que lo dejo, de un día para otro.

Llegando a la puerta principal, la susodicha dama lúgubre toco el timbre del apartamento. El sonido navego por oscuros mares de siniestros aromas mentales. Este fue desde la puerta, doblo hacia la derecha 180°, siguió firme sus cuatro metros, atravesó el umbral de la puerta abierta de la habitación para poder llegar a los oídos de él, que estaba mirándose al espejo con su cara de muerto.
Una vaga señal del estúpido y extraño destino le hiso saber a el que su consorte era quien estaba tras esa puerta, esa unión después de tantos días de haberse casado, su consorte era quien había hecho nadar ese sonido hasta el por los mares tenues de fatigosa angustia.
“Después de tantos días de haberte desaparecido, ¡oh maldita!¿por qué has de venir hasta mi, cuando ya te habías ido de mi rutinaria vida? Tú has de quererme hacer sufrir” se pregunto él con su pecho en mano.
Al otro lado de la puerta, lucía un polisón angosto y alargado bajo una tela arrugosa y sobria la cual había de tener flores rojas fatuas. Tenía cintas burdeos en la falda que le llegaban a los hombros como único sostenedor de su vestimenta. Llevaba un sombrero de copa obscuro con una cinta burdeo en flor que le daba la vuelta al petulante sombrero.
Ella venia solo por una razón, la solitaria y siniestra razón de refregarle en la cara el papel de independencia de funestas ocasiones anteriores de convivencia.
El fue con pisadas de fuego y pesar por el pasillo, con seguridad absoluta de poder vencer y matar oralmente a su desposada, a su dama de cuchillos brutales y mentales.
El, con un lápiz en mano, le abrió la puerta, con el pecho en alto y mirando con desdén desde su altura mayor físicamente, con ojos de fría agua azul, de demonios cristalizados en fríos lugares. Ella, con un ramo de orquídeas azules, le miro a los ojos con fuego en los suyos, tenía mucho que odiarle, tenía mucho que detestable después del comportamiento de lo suyo.
“¿Por qué has de venir después de disiparte por 5 días?”
“he de entregaste la tijera que corto y cortara el trazo nupcial de los dos
El, con el mar físico en sus ojos, le tomo de la mano desocupada. Ella, por el miedo, soltó sus furiosas orquídeas a la entrada del hogar.
“¡¿con que razón has de hacer este auto repudio?!”
“tus malditas ojeras oscuras invadían mis pensamientos, hasta el mas soterrado en mi mente, me desconcentraba pensando en tu mirada oscura y lóbrega”
“¡¿y por eso me has dejado caído sobre mi solitario pantano de fríos vuelos? Maldita sea, maldita seas por mi!”
“¿tú y tus ojeras son los culpables de todo esto!”
“¡maldita. Dime entonces ¿Por qué aceptaste, por qué afirmaste, por qué decidiste supuestamente vivir conmigo?!”
“tus malditas ojeras me tenían encerrada en puertas de frio estaño”
“tus malditas ojeras… tus malditas ojeras… dime algo que sea por ti o por mí, no por mis ojeras.”
“¡tú nunca me has gustado, y no me gustaras! ¡Si fui tu polola fue porque no quería casarme antes. Además nunca supe bien lo de amar o gustar!… incluso pensaba romper contigo”
El quedo congelado por sus palabras, quedo clavado a medio abrir en medio del living, ya los buenos recuerdos ya no existían en su cabeza, solo existía el odio sangriento y el deseo único de matarla sin algún contacto, de hacerla sufrir con sus propias palabras hasta la ultima gota de sus ojos fogosos de rabia.
“tu has de venir a perturbar mi vida, a molestar mi rutina cuando me pediste ser tu pololo, y ahora ¿has de venir a decirme que no te gusto y decir que mis ojeras te desconcentran?”
“una persona no puede vivir con alguien que no es de su gusto”
“dime entonces ¿Por qué me pediste pololeo?... eres como un maldito basilisco negro, como la noche en que la muerte aproxima su cabeza a la ventana de la gente. Nadie querrá estar contigo maldita culebra”
Ella, quedo pasmada ante las palabras de el, y reacciono a una cachetada. Abrió la puerta y salio del edificio dejando como su único recuerdo sus orquídeas de furia y maldición…

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